MICROONDAS: "Radiación electromagnética no ionizante de longitud de onda entre 1 mm y 1 m, aproximadamente (o frecuencias entre 300 GHz y 300 MHz)."
Los hornos de microondas funcionan utilizando radiación electromagnética en la forma de microondas. La radiación electromagnética es una forma de energía que se propaga en forma de ondas eléctricas y magnéticas y abarca una amplia gama de longitudes de onda, desde las ondas de radio hasta los rayos gamma. Las microondas son una forma específica de radiación electromagnética que se encuentra en la región de las microondas del espectro electromagnético, que tiene longitudes de onda más largas que la luz visible pero más cortas que las ondas de radio.
En el contexto de los hornos de microondas, la radiación electromagnética se utiliza para calentar los alimentos de la siguiente manera:
Generación de microondas: En un horno de microondas, un magnetrón es el componente que genera las microondas. El magnetrón produce microondas mediante la aceleración de electrones en un campo magnético y su colisión con una cavidad resonante.
Transmisión de microondas: Las microondas generadas se transmiten a través de una guía de ondas y se dirigen hacia la cavidad interior del horno. Estos microondas son radiación electromagnética no ionizante, lo que significa que no tienen suficiente energía para alterar la estructura de los átomos o moléculas de los alimentos.
Interacción con los alimentos: Cuando el microondas entra en contacto con los alimentos, interactúan con las moléculas de agua, grasa y otros componentes de los alimentos. Las microondas hacen que estas moléculas se muevan y vibren a alta velocidad, generando fricción interna y, como resultado, calor. Este calentamiento es uniforme y rápido, lo que hace que los alimentos se cocinen o calienten de manera eficiente.
Seguridad: Es importante destacar que las microondas utilizadas en los hornos de microondas son seguras para su uso en la cocina. Estos microondas no son lo mismo que las radiaciones ionizantes, como los rayos X o los rayos gamma, que tienen suficiente energía para dañar las células y los tejidos. Las microondas en los hornos de microondas no alteran la composición química de los alimentos de una manera que los haga radiactivos ni los hagan peligrosos para consumir.