La ergonomía aplicada a los trabajos en altura es un aspecto esencial para garantizar la salud, la comodidad y la eficiencia de los trabajadores que realizan tareas suspendidos mediante sistemas de cuerdas. Uno de los componentes más importantes en este tipo de actividades es el asiento o silla de suspensión, diseñado para proporcionar apoyo, reducir la presión sobre el cuerpo y prevenir trastornos musculoesqueléticos. De acuerdo con el Manual para la prevención y disminución de riesgos del trabajador en la utilización de asientos de trabajos verticales desarrollado por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), los asientos ergonómicos son un elemento auxiliar indispensable cuando el trabajador permanece suspendido por más de 30 minutos.
El diseño del asiento debe permitir una distribución equilibrada del peso corporal, con una base rígida y acolchada que minimice las presiones excesivas en la zona isquiática y las piernas. Además, debe ser transpirable, resistente a condiciones ambientales adversas y regulable en altura e inclinación. Estas características reducen la fatiga y los problemas circulatorios derivados de la postura suspendida. El respaldo, por su parte, debe ajustarse a la curvatura natural de la columna, con apoyo lumbar adecuado y materiales que eviten la acumulación de calor. Las regulaciones de respaldo y asiento en altura e inclinación, como se muestra en la imagen, son esenciales para adaptarse a las características antropométricas del trabajador y al tipo de tarea a realizar
El uso prolongado de asientos mal diseñados puede provocar dolor lumbar, cervical, hinchazón o adormecimiento de las piernas, síntomas que reflejan una circulación deficiente o presiones inadecuadas. Por ello, se recomienda que los asientos sean ligeros, ajustables y que dispongan de mecanismos que permitan regular fácilmente la tensión de las cintas de sujeción. Asimismo, deben contar con elementos adicionales como anillas no metálicas para herramientas y materiales de bajo peso para facilitar la movilidad y seguridad
Finalmente, la ergonomía en las sillas para trabajos en altura no solo contribuye al bienestar físico del trabajador, sino también a su productividad y seguridad. Una correcta selección y uso del asiento permite mantener una postura simétrica, evitar sobrecargas musculares y prevenir el llamado trauma por suspensión. La integración del arnés con el asiento, junto con sistemas de regulación anatómica, representa una evolución ergonómica clave para reducir los riesgos laborales en trabajos verticales.