Nombre químico: Tetracloroetileno
Fórmula molecular: C₂Cl₄
DL-50 oral en ratas: 2,620 mg/kg de peso corporal
DL-50 dérmica en conejos: >10,000 mg/kg
El percloroetileno, también conocido como tetracloroetileno, es un líquido incoloro con un olor característico dulce. Se evapora fácilmente y no es inflamable, lo que lo ha hecho útil en numerosas aplicaciones industriales. Sin embargo, también representa un riesgo toxicológico relevante que debe ser evaluado para prevenir efectos agudos y crónicos en la salud.
Usos comunes del percloroetileno
Este compuesto se utiliza principalmente en:
Limpieza en seco: como disolvente principal para remover grasa y manchas de tejidos.
Desengrasado de metales: en industrias automotriz, aeronáutica y electrónica.
Fabricación de productos químicos: como intermediario en la producción de refrigerantes y otros solventes.
Laboratorios y análisis químicos: por su capacidad de disolver aceites, grasas y ceras.
Toxicidad y efectos a la salud
La toxicidad del percloroetileno es significativa tanto por exposición aguda como crónica. Su DL-50 oral en ratas es de 2,620 mg/kg, lo que lo clasifica como una sustancia con toxicidad aguda moderada. No obstante, sus efectos tóxicos más relevantes suelen manifestarse por inhalación prolongada o exposición ocupacional repetitiva.
Los principales efectos incluyen:
Agudos:
Cefalea, náuseas, vértigo
Irritación ocular y de vías respiratorias
Somnolencia, confusión y pérdida de coordinación (efecto narcótico)
Crónicos:
Daño hepático y renal
Neurotoxicidad (afectación del sistema nervioso central)
Posible carcinogenicidad (clasificado por la IARC como probable carcinógeno humano, Grupo 2A)
Alteraciones menstruales y posibles efectos sobre la fertilidad
La inhalación continua de vapores en ambientes cerrados es uno de los principales mecanismos de intoxicación ocupacional, sobre todo en actividades como la limpieza en seco o el desengrase de piezas metálicas sin ventilación adecuada.
Consideraciones de seguridad en su manejo
Dado su potencial toxicológico, el manejo del percloroetileno debe realizarse bajo estrictas condiciones de seguridad:
Uso obligatorio de equipo de protección personal (EPP): guantes resistentes a solventes, gafas y protección respiratoria (filtro para vapores orgánicos).
Ventilación forzada en áreas de trabajo cerradas o confinadas.
Monitoreo ambiental y evaluación médica periódica para trabajadores expuestos.
Almacenamiento en contenedores herméticos, lejos de fuentes de calor, luz solar directa o materiales incompatibles.
En caso de derrames o exposición accidental, se deben seguir procedimientos de emergencia establecidos, incluyendo evacuación de la zona, uso de materiales absorbentes especiales y ventilación del área.
Conclusión
El percloroetileno es un compuesto ampliamente utilizado en la industria, pero con una toxicidad aguda y crónica que no debe subestimarse. Su DL-50 oral lo ubica en un rango moderadamente tóxico, aunque su peligrosidad real se potencia por la facilidad con que se inhala en entornos de trabajo mal ventilados. Su uso debe estar regulado por controles técnicos y administrativos eficaces, y los trabajadores deben recibir capacitación y protección continua para prevenir intoxicaciones y enfermedades laborales relacionadas con este solvente.