Estimulación temprana: "a la atención brindada a niños y niñas de entre 0 y 6 años de edad, con factores de riesgo de daño neurológico, para potenciar y desarrollar al máximo sus posibilidades físicas, intelectuales, sensoriales y afectivas, mediante programas sistemáticos y secuenciados que abarquen todas las áreas del desarrollo humano, sin forzar el curso natural de su maduración."
La estimulación temprana se refiere a una serie de actividades y técnicas diseñadas para promover el desarrollo cognitivo, emocional, social y físico de los bebés y los niños pequeños durante los primeros años de vida, desde el nacimiento hasta los 6 años aproximadamente. Esta práctica se basa en la idea de que los primeros años son fundamentales para el desarrollo de habilidades y capacidades futuras, y que un entorno enriquecido y estimulante puede tener un impacto positivo en el desarrollo infantil.
Aquí hay algunos aspectos clave de la estimulación temprana:
Juego y exploración: La estimulación temprana se centra en permitir que los niños exploren y jueguen de manera activa en un entorno seguro y enriquecedor. Esto incluye la interacción con juguetes educativos, la exploración de texturas y materiales, y la participación en actividades sensoriales.
Estimulación sensorial: Se fomenta el uso de todos los sentidos, como la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto, a través de juegos y actividades que involucran música, colores, texturas y sabores.
Interacción social: La estimulación temprana también se basa en la interacción social. Los bebés y los niños pequeños aprenden a través de la comunicación y el juego con cuidadores y otros niños, lo que contribuye al desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
Desarrollo del lenguaje: Se fomenta la comunicación verbal y no verbal, así como la exposición a diferentes idiomas y sonidos. Se anima a los cuidadores a hablar, leer y cantar a los niños desde una edad temprana.
Motricidad: Se promueve el desarrollo de habilidades motoras a través de actividades que fomentan el movimiento y la coordinación física, como gatear, caminar, saltar y manipular objetos.
Desarrollo cognitivo: Se presentan desafíos intelectuales apropiados para la edad, como rompecabezas simples, actividades de clasificación y juegos de construcción, para estimular el pensamiento y la resolución de problemas.
Rutina y consistencia: La estimulación temprana a menudo se incorpora a la rutina diaria del niño para brindar estructura y predictibilidad.
La estimulación temprana se basa en la idea de que los primeros años de vida son una ventana crítica para el aprendizaje y el desarrollo, y que brindar un entorno enriquecedor y cariñoso puede tener un impacto duradero en la capacidad de un niño para aprender y adaptarse en el futuro. Es importante destacar que la estimulación temprana debe ser apropiada para la edad y el nivel de desarrollo del niño, y debe ser realizada de manera lúdica y no excesivamente estructurada. Además, es esencial que se realice de manera equilibrada y sin presión, respetando el ritmo de cada niño.