Guía básica para la prevención del riesgo exposición de ruido

El problema del ruido es bien conocido, y apenas han surgido novedades científicas en los últimos 30 años. Por el contrario, se han multiplicado los esfuerzos por controlarlo, mediante leyes y normas técnicas. 

En el campo de la prevención de riesgos laborales se han generado suficientes ideas y técnicas de intervención que combinan el principio de prevención en el origen y el de gestión integrada, que deberían hacer posible una protección eficaz de la salud de los trabajadores. 

Con todo, el ruido es probablemente uno de los riesgos laborales más extendidos y menos considerados. Se calcula que un 30% de la población trabajadora está expuesta a ruidos que superan los 85 dB(A). Tras 35 años de exposición a 85 dB(A), un 9% al menos de trabajadores o trabajadoras presentará sordera profesional, mientras que para una exposición a 90 dB(A) en el mismo período de exposición aumenta al 20%. 

Las razones para la falta de atención hacia este problema son, en primer lugar, que a menudo el ruido no se identifica como riesgo: o bien no se hacen las evaluaciones de riesgos o no se hacen de manera adecuada, y/o no se descubre el daño durante la vigilancia de la salud, etc. Otra razón que se suele apuntar es la tolerancia cultural al ruido: se considera que está demasiado aceptado tanto laboral como socialmente. A la vez, el daño que produce el ruido suele ser “invisible” porque se manifiesta progresiva y lentamente, en ocasiones incluso cuando el trabajador ya ha abandonado la actividad que lo originó. 

Tomar conciencia del problema del ruido es el primer paso para comenzar a reducir la exposición. Combatir y reducir el ruido es posible. Realizarlo es una necesidad, porque representa una oportunidad para nuestra salud y calidad de vida laboral y personal. 


Puedes ver o descargar la presente guía en el siguiente enlace:

https://castillayleon.ccoo.es/b39f861c2c2e32a764f6311aa60edbb5000054.pdf