La prevención de accidentes y enfermedades laborales en México parte del reconocimiento de los diferentes tipos de peligros que pueden estar presentes en un centro de trabajo. Cada uno de estos peligros representa un conjunto de condiciones o agentes que, si no se controlan adecuadamente, pueden afectar la seguridad de los trabajadores, dañar la infraestructura o interrumpir los procesos productivos. La normatividad mexicana, a través de diversas Normas Oficiales Mexicanas (NOM), establece lineamientos para su identificación, evaluación y control, ofreciendo a las empresas herramientas para diseñar medidas preventivas adaptadas a su realidad operativa.
Los peligros físicos son de los más comunes en cualquier entorno laboral. Incluyen fenómenos como el ruido, vibraciones, radiaciones ionizantes y no ionizantes, temperaturas extremas, presión atmosférica anormal e iluminación deficiente. Estos factores pueden provocar desde molestias temporales hasta daños permanentes en la salud, como pérdida auditiva, estrés térmico, lesiones en la vista o afectaciones al sistema nervioso. Normas como la NOM-011-STPS-2001 para ruido, la NOM-013-STPS-1993 sobre radiaciones no ionizantes y la NOM-010-STPS-2014, que contempla agentes físicos y químicos, marcan parámetros de exposición y control, garantizando condiciones mínimas de seguridad para los trabajadores.
En el caso de los peligros químicos, estos representan riesgos derivados del uso, transporte, almacenamiento o disposición de sustancias peligrosas. Entre los ejemplos más relevantes se encuentran líquidos inflamables, polvos combustibles, vapores tóxicos, corrosivos o humos que, en determinadas concentraciones, pueden ocasionar intoxicaciones, incendios, explosiones o enfermedades crónicas. La NOM-018-STPS-2015 establece el sistema de identificación y comunicación de peligros y riesgos por sustancias químicas, mientras que la NOM-005-STPS-1998 aborda las condiciones de seguridad e higiene para su manejo. Complementariamente, la NOM-028-STPS-2012 regula la seguridad en los procesos y equipos críticos donde estas sustancias están presentes.
Los peligros biológicos se relacionan con la exposición a virus, bacterias, hongos, parásitos y fluidos contaminantes. Este tipo de riesgos es especialmente relevante en hospitales, laboratorios, industrias alimentarias y actividades agrícolas. La NOM-087-ECOL-SSA1-2002 establece los lineamientos para la clasificación y manejo de residuos peligrosos biológico-infecciosos, reduciendo la probabilidad de contagio y transmisión de enfermedades que puedan afectar tanto a trabajadores como a la comunidad.
En el ámbito de los peligros ergonómicos, se incluyen las condiciones de trabajo que exigen al cuerpo realizar esfuerzos inadecuados o repetitivos, generando fatiga muscular, trastornos musculoesqueléticos o lesiones crónicas. Posturas forzadas, manipulación manual de cargas, movimientos repetitivos y estaciones de trabajo mal diseñadas son ejemplos típicos de este tipo de riesgos. La NOM-036-1-STPS-2018 proporciona criterios claros para prevenir daños derivados de la carga física, mientras que promueve ajustes en el diseño de las tareas y la capacitación de los trabajadores.
Los peligros psicosociales son cada vez más reconocidos por su impacto en la salud integral de los trabajadores. Estrés laboral, violencia, acoso, jornadas extensas, trabajo nocturno y cargas excesivas afectan la productividad y la calidad de vida de las personas. La NOM-035-STPS-2018 obliga a identificar, analizar y prevenir estos factores, así como a fomentar entornos organizacionales favorables que promuevan la motivación y el bienestar.
Los peligros mecánicos se relacionan directamente con el uso de maquinaria y equipos. Partes móviles sin protección, herramientas defectuosas o prácticas inseguras pueden ocasionar atrapamientos, cortes, amputaciones o caídas de objetos. La NOM-004-STPS-1999 establece los requisitos de seguridad para los sistemas de protección y dispositivos en maquinaria y equipo, mientras que la NOM-006-STPS-2023 regula el manejo y almacenamiento de materiales, contemplando los riesgos por golpes, vuelcos o atrapamientos durante su manipulación.
Finalmente, los peligros operativos o de seguridad en actividades críticas engloban situaciones de alto riesgo que requieren medidas preventivas especializadas. Aquí se encuentran las caídas de altura, incendios, explosiones, derrumbes, riesgos en espacios confinados, trabajos en caliente e izaje de cargas. Cada uno de estos escenarios cuenta con normatividad específica: la NOM-009-STPS-2011 para trabajos en altura, la NOM-002-STPS-2010 para prevención de incendios, la NOM-027-STPS-2008 para soldadura y corte, y la NOM-033-STPS-2015 para actividades en espacios confinados. Todas estas disposiciones buscan evitar accidentes graves y proteger la vida de los trabajadores en actividades donde un error puede resultar fatal.
En conclusión, la clasificación de los peligros en los centros de trabajo en México permite a las empresas identificar de manera estructurada los riesgos presentes y aplicar medidas de control específicas. Las Normas Oficiales Mexicanas proporcionan un marco técnico que facilita la implementación de programas de seguridad e higiene, garantizando ambientes laborales más seguros y saludables. Esta visión integral no solo protege al trabajador, sino que también fortalece la cultura preventiva y la productividad en todos los sectores de la economía.