Los equipos de respiración autónoma (ERA) no solo se clasifican por su sistema de funcionamiento (abierto o cerrado), sino también por el tipo de gas respirable que contienen en sus cilindros o generadores. Esta clasificación resulta fundamental, ya que el tipo de gas determina las condiciones de uso, la duración del equipo, la pureza del aire inhalado y la seguridad del usuario frente a diferentes tipos de atmósferas peligrosas.
De manera general, los ERA pueden clasificarse en tres categorías principales según el gas respirable que utilizan: aire comprimido, oxígeno comprimido y oxígeno regenerado químicamente. A continuación, se describen sus características, ventajas, limitaciones y usos típicos en la industria y la respuesta a emergencias.
El aire comprimido es la mezcla gaseosa más utilizada en los ERA de circuito abierto. Está compuesto aproximadamente por 21% de oxígeno y 79% de nitrógeno, sin aditivos ni sustancias tóxicas, y cumple con normas internacionales de pureza como la EN 12021 y los estándares NIOSH/OSHA. Este tipo de gas se obtiene mediante compresores y sistemas de filtración que eliminan humedad, aceites, partículas y monóxido de carbono.
Características principales:
El aire se almacena a presiones de entre 200 y 300 bar.
Se suministra al usuario mediante un regulador de presión conectado a una máscara facial.
El aire exhalado se expulsa al ambiente (sistema de circuito abierto).
Ventajas:
Alta confiabilidad y seguridad en entornos industriales.
Menor riesgo de toxicidad o sobredosis de oxígeno.
Fácil recarga y disponibilidad en centros de trabajo con compresores certificados.
Desventajas:
Autonomía limitada (30 a 60 minutos según el consumo).
Mayor peso por el volumen de aire comprimido.
Usos típicos:
Bomberos, rescatistas, soldadores en espacios confinados, trabajadores de plantas químicas, refinerías, zonas de incendio o atmósferas con deficiencia de oxígeno.
Los ERA que emplean oxígeno comprimido se encuentran comúnmente en sistemas cerrados o rebreathers, ya que este gas se recicla dentro del circuito respiratorio. El oxígeno se almacena en cilindros metálicos a presiones de hasta 200 bar, y se suministra de forma controlada al usuario mientras un filtro químico elimina el dióxido de carbono exhalado.
Características principales:
Proporcionan aire totalmente respirable con alta concentración de oxígeno (cercana al 100%).
Requieren control estricto del flujo para evitar hiperoxia (exceso de oxígeno en sangre).
Generalmente operan con absorbentes de CO₂ a base de cal sodada o hidróxido de litio.
Ventajas:
Gran autonomía (hasta 4 horas o más).
Funcionamiento silencioso, sin emisión de burbujas ni gases visibles.
Ideal para entornos donde la discreción o el silencio son esenciales.
Desventajas:
Riesgo de combustión o explosión si se expone el oxígeno a grasas, aceites o chispas.
Mayor complejidad técnica y necesidad de capacitación avanzada.
Requiere inspección rigurosa del sistema antes de cada uso.
Usos típicos:
Rescate minero, operaciones submarinas, exploración en túneles, rescate en espacios confinados prolongados, ambientes submarinos o militares.
En esta categoría, el oxígeno no proviene de un cilindro comprimido, sino de una reacción química controlada dentro del equipo. Se utilizan cartuchos de compuestos que liberan oxígeno al reaccionar con la humedad y el dióxido de carbono del aliento exhalado, como el superóxido de potasio (KO₂) o el peróxido de sodio (Na₂O₂). Este tipo de sistema se conoce como ERA químico regenerativo o generador químico de oxígeno.
Características principales:
No requieren aire comprimido ni cilindros de alta presión.
Generan oxígeno de manera autónoma mientras el usuario respira.
Funcionan por periodos de 30 minutos a 2 horas, dependiendo del tamaño del cartucho.
Ventajas:
Alta portabilidad y bajo peso, ideales para evacuaciones de emergencia.
No dependen de compresores ni de recarga de aire.
Totalmente autónomos y de activación rápida.
Desventajas:
No reutilizables; el cartucho debe reemplazarse después de su uso.
Peligro de reacción exotérmica (generación de calor) si se activan accidentalmente.
Limitaciones para ambientes extremadamente calurosos o húmedos.
Usos típicos:
Equipos de escape minero, emergencias en submarinos, aeronaves, túneles o plantas industriales donde puede presentarse una atmósfera súbitamente irrespirable.
El tipo de gas respirable empleado en un ERA debe cumplir con normas de calidad y pureza reconocidas internacionalmente. En México, los centros de trabajo deben verificar que el gas respirable cumpla con los criterios de la NOM-010-STPS-2014, que regula los agentes químicos contaminantes del ambiente laboral, y la NOM-017-STPS-2024, que establece las condiciones para el uso y mantenimiento de los equipos de protección personal.
Además, los cilindros deben estar certificados por organismos reconocidos como DOT (Department of Transportation) o ISO 9809, con pruebas hidrostáticas periódicas. Los trabajadores deben recibir capacitación técnica para identificar el tipo de gas, la presión de carga, el tiempo de autonomía y los riesgos asociados al manejo de gases comprimidos u oxidantes.
La clasificación de los equipos de respiración autónoma según el gas respirable permite determinar su idoneidad para diferentes condiciones de trabajo y emergencias. Mientras los equipos de aire comprimido ofrecen simplicidad y seguridad en operaciones convencionales, los de oxígeno comprimido y oxígeno regenerado químicamente proporcionan independencia prolongada en entornos donde la supervivencia depende de cada minuto. La correcta selección del gas, junto con un mantenimiento riguroso y la formación continua del personal, garantiza la máxima protección respiratoria en cualquier ambiente hostil.