Los trabajos en caliente, como el corte, la soldadura, el esmerilado o el uso de sopletes, implican el uso de flamas abiertas, chispas o calor intenso que pueden generar incendios, explosiones o lesiones graves si no se controlan adecuadamente. Estas actividades son comunes en sectores industriales, de mantenimiento, construcción y reparación, por lo que la aplicación de buenas prácticas es esencial para proteger al personal, las instalaciones y el medio ambiente.
La primera buena práctica consiste en planificar y autorizar los trabajos en caliente mediante un permiso de trabajo específico, el cual debe ser emitido por un responsable de seguridad. Este documento garantiza que se hayan evaluado los riesgos y establecido medidas preventivas, como la remoción de materiales combustibles, el aislamiento de líneas de gases o la colocación de pantallas protectoras. Ningún trabajo en caliente debe realizarse sin la debida autorización.
En cuanto a la preparación del área de trabajo, es fundamental limpiar el entorno y mantener una distancia mínima de tres metros respecto a materiales inflamables. Si no es posible retirarlos, deben cubrirse con mantas ignífugas o barreras metálicas. Además, se recomienda verificar que existan extintores portátiles en condiciones de operación y designar un vigilante de fuego que permanezca durante y después del trabajo, asegurando que no existan brasas o fuentes de ignición residuales.
El uso de equipo de protección personal (EPP) es otro pilar de las buenas prácticas. El personal debe portar caretas o lentes con filtro adecuado, guantes resistentes al calor, mangas y mandiles de cuero, zapatos dieléctricos y ropa de algodón grueso o materiales ignífugos. La NOM-017-STPS-2008 y la NOM-027-STPS-2008 establecen los lineamientos para la selección y uso de este equipo. La ropa sintética debe evitarse, ya que se derrite con facilidad y puede causar quemaduras severas.
Durante la operación, deben verificarse las conexiones y equipos de gas y electricidad para prevenir fugas, cortocircuitos o sobrecalentamientos. Las mangueras y reguladores deben mantenerse en buen estado, sin grietas ni acoples improvisados. Asimismo, los cilindros de gases comprimidos deben almacenarse en posición vertical, sujetos con cadenas y alejados de fuentes de calor.
Una buena práctica adicional es mantener una ventilación adecuada en espacios cerrados, ya que los humos metálicos y gases resultantes de la soldadura pueden generar intoxicaciones o daños respiratorios. En estos casos, se deben utilizar extractores, respiradores con filtros específicos y realizar mediciones periódicas de oxígeno, especialmente si se trabaja en espacios confinados.
Finalmente, todo el personal que participe en trabajos en caliente debe estar capacitado y entrenado en procedimientos seguros, conocimiento de las normas aplicables y respuesta ante emergencias. La cultura de seguridad no se limita al cumplimiento normativo, sino que busca la prevención activa de incidentes a través de la responsabilidad compartida y la supervisión constante.
Asegúrese de seguir el procedimiento de trabajo en caliente. Además, tenga en cuenta lo siguiente:
Asegúrese de que todo el equipo esté en buenas condiciones de funcionamiento antes de comenzar el trabajo.
Asegúrese de que todos los dispositivos de protección personal adecuados estén disponibles en el sitio y que cada trabajador haya recibido capacitación sobre cómo usarlos, limpiarlos y almacenarlos adecuadamente.
Inspeccione minuciosamente el área de trabajo antes de comenzar. Busque materiales combustibles en las estructuras (tabiques, paredes, techos).
Mueva todos los materiales inflamables y combustibles lejos del área de trabajo.
Si no se pueden mover los materiales combustibles, cúbralos con mantas o escudos ignífugos. Proteja las líneas de gas y los equipos de la caída de chispas, materiales y objetos calientes.
Asegúrese de que todos los sistemas de extinción de incendios disponibles estén en buen estado y en funcionamiento (por ejemplo, rociadores, mangueras, extintores, etc.)
Asegúrese de que haya extintores de incendios adecuados (por ejemplo, extintores ABC) disponibles y de fácil acceso.
Barra y limpie cualquier material combustible del suelo alrededor de la zona de trabajo. Los suelos combustibles deben mantenerse húmedos con agua o cubiertos con mantas ignífugas o arena húmeda.
Utilice agua SOLAMENTE si los circuitos eléctricos han sido desenergizados para evitar descargas eléctricas.
Retire cualquier grasa, aceite u otro líquido combustible derramado.
Aspire los residuos combustibles de las aberturas de ventilación interna u otros conductos de servicio para evitar la ignición. Selle las grietas en los conductos. Evite la entrada de chispas en los conductos. Cubra las aberturas de los conductos con una barrera ignífuga e inspecciónelos una vez finalizado el trabajo.
Asegúrese de que los botiquines de primeros auxilios estén disponibles y sean de fácil acceso.
Tape las grietas entre las tablas del suelo, a lo largo de los zócalos y las paredes, y debajo de las puertas con un material ignífugo. Cierre puertas y ventanas.
Cubra las superficies de las paredes o del techo con un material resistente al fuego y aislante del calor para evitar la ignición y la acumulación de calor.
Asegure, aísle y ventile los recipientes, tuberías y equipos presurizados según sea necesario antes de comenzar el trabajo en caliente.
Inspeccione el área después del trabajo para asegurarse de que las superficies de las paredes, los montantes, los cables o la suciedad no se hayan calentado.
Coloque un vigilante de incendios capacitado dentro del área de trabajo, incluyendo los niveles inferiores, si pueden caer chispas o escoria durante la soldadura, incluso durante los descansos, y durante al menos 60 minutos después de terminar el trabajo. Dependiendo del trabajo realizado, podría ser necesario supervisar el área durante más tiempo (hasta 3 horas o más) después de finalizar el trabajo en caliente hasta que desaparezca el peligro de incendio.
Elimine las atmósferas explosivas (p. ej., vapores o polvo combustible) o no permita trabajos en caliente. Detenga cualquier proceso que produzca atmósferas combustibles y supervise continuamente el área para detectar la acumulación de gases combustibles antes, durante y después de los trabajos en caliente.
Si es posible, programe el trabajo en caliente durante los períodos de inactividad.
Cumplir con la legislación y normas requeridas aplicables a su lugar de trabajo.