El glicol de propileno (también conocido como propilenglicol, nombre químico: 1,2-propanodiol) es un compuesto orgánico higroscópico, incoloro, inodoro y de sabor ligeramente dulce, ampliamente utilizado en la industria alimentaria, cosmética, farmacéutica y química. Debido a su uso en productos de consumo masivo y en ambientes laborales, es esencial comprender su perfil toxicológico, siendo la DL-50 (dosis letal media) uno de los indicadores clave para evaluar su toxicidad aguda.
La DL-50 (Dosis Letal 50%) es la cantidad de una sustancia que, administrada de una sola vez, provoca la muerte del 50% de una población de animales de prueba, comúnmente ratas o ratones. Se expresa en miligramos por kilogramo de peso corporal (mg/kg). Un valor alto de DL-50 indica baja toxicidad aguda, mientras que un valor bajo implica una mayor toxicidad.
Numerosos estudios han demostrado que el glicol de propileno tiene una toxicidad aguda muy baja, lo que lo convierte en una sustancia segura para su uso en humanos, siempre que se utilice dentro de los límites establecidos por las autoridades sanitarias.
Vía Oral
DL-50 oral en ratas: aproximadamente 20,000 a 34,000 mg/kg.
Este valor indica que se necesitaría una cantidad extremadamente alta para producir efectos letales, lo cual lo clasifica como prácticamente no tóxico por vía oral.
Vía Dérmica
DL-50 dérmica en conejos: superior a 20,800 mg/kg.
El glicol de propileno no es irritante ni sensibilizante para la piel en la mayoría de las personas, aunque en algunos casos puede causar irritación leve tras exposiciones prolongadas o en personas con piel sensible.
Vía Inhalatoria
La toxicidad por inhalación es muy baja debido a su baja volatilidad. Sin embargo, en forma de vapor concentrado o niebla (como puede ocurrir en ambientes industriales o con cigarrillos electrónicos), puede producir irritación de mucosas o vías respiratorias.
Aunque el glicol de propileno tiene una baja toxicidad aguda, puede tener efectos adversos si se expone en grandes cantidades o de forma continua:
Ingestión masiva: puede producir acidosis láctica, depresión del sistema nervioso central, y en casos extremos, toxicidad renal y hepática.
Irritación leve de ojos o piel: en casos de contacto directo o exposición prolongada.
Toxicidad en neonatos o animales pequeños: por su metabolismo hepático más lento.
Es importante destacar que en humanos, su metabolismo es rápido y eficiente. Se convierte en ácido láctico y se excreta en la orina sin acumulación significativa.
De acuerdo con las regulaciones internacionales, el glicol de propileno no se considera una sustancia peligrosa bajo criterios del Sistema Globalmente Armonizado (GHS), ni está clasificado como:
Mutágeno
Carcinógeno
Tóxico para la reproducción
El uso del glicol de propileno está regulado en diversos sectores:
Alimentario
E1520 (UE): Aditivo alimentario permitido como disolvente y portador.
FDA (EE.UU.): Reconocido como GRAS (Generally Recognized As Safe) para uso en alimentos.
Codex Alimentarius: Permite su uso con límites específicos de concentración.
Cosmético y farmacéutico
Permitido como vehículo, humectante o conservante en cremas, lociones, desodorantes, dentífricos, y productos oftálmicos.
La Farmacopea de los Estados Unidos (USP) lo incluye como excipiente en múltiples preparados.
Laboral y Ambiental
NOM-018-STPS-2015 (México): Aunque el glicol de propileno no se clasifica como peligroso, puede formar parte de mezclas que sí lo sean.
NIOSH y ACGIH: No han establecido un límite de exposición permisible, lo que respalda su bajo nivel de riesgo.
Aunque se considera seguro, deben observarse precauciones básicas al manejar grandes volúmenes en ambientes industriales:
Usar guantes y gafas de seguridad en operaciones con exposición continua.
Garantizar ventilación adecuada si se usa en procesos térmicos o en forma de vapor.
Almacenarlo en recipientes bien cerrados, lejos de agentes oxidantes.
El glicol de propileno presenta una DL-50 muy elevada, lo que demuestra su baja toxicidad aguda por todas las vías de exposición principales. Esta característica, sumada a su excelente perfil de compatibilidad biológica y su versatilidad, lo han posicionado como una sustancia de uso seguro en alimentos, cosméticos, medicamentos y entornos industriales. Sin embargo, como toda sustancia química, debe manipularse con responsabilidad y de acuerdo con las normas de higiene y seguridad establecidas.
La evaluación del DL-50 y de otros parámetros toxicológicos refuerzan el valor del glicol de propileno como un componente confiable en productos de consumo y aplicaciones técnicas, con bajo riesgo para la salud humana y el medio ambiente.