El ácido oxálico es un compuesto orgánico dicarboxílico ampliamente presente en la naturaleza, pero también utilizado industrialmente por sus propiedades como agente limpiador, blanqueador y removedor de óxidos. A pesar de ser encontrado en alimentos vegetales como las espinacas o el ruibarbo, en su forma pura es una sustancia tóxica que representa un riesgo importante para la salud humana y animal. La DL50 del ácido oxálico permite establecer una medida cuantitativa de su toxicidad aguda y es clave para el manejo seguro en entornos industriales y domésticos.
El ácido oxálico (C₂H₂O₄) es el ácido dicarboxílico más simple. Se presenta en forma de cristales incoloros o en polvo blanco, altamente soluble en agua. Se encuentra naturalmente en muchas plantas como oxalatos y es un producto metabólico en humanos y otros organismos. Industrialmente, el ácido oxálico se utiliza en:
Limpieza de metales (remoción de óxidos y herrumbre)
Blanqueo de madera y textiles
Decapado de superficies
Agente de precipitación en química analítica
Fabricación de productos farmacéuticos y de limpieza
La DL50 (Dosis Letal Media) representa la cantidad de una sustancia que causa la muerte al 50% de una población animal de prueba. Los valores para el ácido oxálico varían dependiendo de la vía de administración y la especie utilizada:
La toxicidad aguda del ácido oxálico por vía oral se considera moderadamente alta, con valores similares a otros compuestos corrosivos y nefrotóxicos. Su toxicidad dérmica es considerablemente menor, aunque puede provocar irritación o quemaduras.
El ácido oxálico actúa principalmente como agente corrosivo y quelante de calcio, lo que puede desencadenar efectos fisiológicos graves:
Forma cristales insolubles de oxalato de calcio, los cuales pueden precipitar en los túbulos renales, causando insuficiencia renal aguda.
Hipocalcemia severa por reducción del calcio iónico circulante, provocando espasmos musculares, convulsiones y arritmias cardíacas.
Su acidez provoca daños a mucosas y necrosis local en la vía digestiva, respiratoria o dérmica.
Exposición aguda
Oral: Ardor bucal, dolor abdominal, náuseas, vómito, diarrea, convulsiones, hematuria, coma, muerte.
Inhalación (polvo o vapores): Irritación respiratoria, tos, dificultad respiratoria.
Dérmica: Irritación, quemaduras químicas, ulceración.
Ocular: Irritación severa, daño corneal, ceguera.
Exposición crónica
Formación de cálculos renales (oxalato cálcico)
Daño renal progresivo
Hipocalcemia persistente
Según el Sistema Globalmente Armonizado (GHS):
Tóxico agudo por ingestión (Categoría 3)
Corrosivo para la piel (Categoría 1B)
Irritante ocular severo (Categoría 1)
Tóxico específico en órganos diana – exposición única (Categoría 2, riñones)
Estos valores indican la necesidad de controlar rigurosamente la exposición ocupacional, especialmente al polvo de ácido oxálico.
En México, el ácido oxálico se encuentra regulado indirectamente a través de las siguientes normas:
NOM-018-STPS-2015: Sistema armonizado para la identificación y comunicación de peligros.
NOM-010-STPS-2014: Agentes químicos contaminantes del ambiente laboral.
NOM-017-STPS-2024: Equipos de protección personal.
Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente: En caso de residuos peligrosos que contengan ácido oxálico en cantidades significativas.
Sistema Globalmente Armonizado (SGA): Para su etiquetado, clasificación y comunicación de riesgos.
El ácido oxálico, aunque de origen natural y presente en varios alimentos, en su forma pura representa una sustancia moderadamente tóxica con una DL50 oral de 375 mg/kg en ratas. Su mecanismo tóxico incluye corrosión de tejidos, hipocalcemia y daño renal agudo, lo que lo hace potencialmente letal en exposiciones altas o prolongadas.
El cumplimiento normativo, el uso correcto de equipo de protección personal y la capacitación del personal que lo manipule son esenciales para prevenir intoxicaciones y accidentes laborales relacionados con este compuesto.