La radiación ionizante es un tipo de radiación que tiene suficiente energía para eliminar electrones de átomos o moléculas, lo que resulta en la formación de iones cargados positivamente y electrones libres. Esta capacidad de ionizar átomos y moléculas hace que la radiación ionizante sea potencialmente peligrosa para la salud humana y el medio ambiente, ya que puede causar daño a las células, el ADN y otros componentes biológicos.
Algunas fuentes comunes de radiación ionizante incluyen:
Rayos X médicos: Los rayos X son una forma común de radiación ionizante que se utiliza en medicina para obtener imágenes internas del cuerpo, como radiografías y tomografías computarizadas (TC).
Radioterapia: En el campo de la oncología, se utiliza radiación ionizante para tratar el cáncer mediante la destrucción selectiva de células cancerosas.
Materiales radiactivos: Los materiales radiactivos emiten radiación ionizante. Estos materiales pueden encontrarse en aplicaciones industriales, médicas y de investigación, así como en desechos nucleares.
Reacciones nucleares: Las reacciones nucleares, como las que ocurren en reactores nucleares o en bombas atómicas, liberan radiación ionizante.
Los efectos biológicos de la radiación ionizante dependen de factores como la cantidad de radiación recibida, el tipo de radiación, la duración de la exposición y el tejido del cuerpo afectado. Los efectos pueden variar desde daño celular y mutaciones genéticas hasta la inducción de cáncer y la muerte celular. La exposición excesiva a la radiación ionizante puede tener graves consecuencias para la salud, por lo que es esencial limitar la exposición y utilizar medidas de protección adecuadas, como delantales de plomo y dispositivos de blindaje, en entornos donde se utiliza esta radiación.
Los reguladores y las agencias de seguridad nuclear establecen límites de exposición ocupacional y pública a la radiación ionizante para garantizar que los niveles de exposición estén dentro de rangos seguros. Estas regulaciones también se aplican a la manipulación y eliminación segura de materiales radiactivos para minimizar los riesgos para la salud humana y el medio ambiente.