CONFORT TÉRMICO EN AMBIENTES LABORALES

Introducción

En la actualidad existe una gran cantidad de trabajadores(as) que realizan sus labores en puestos de trabajo ubicados al interior de edificios, hospitales, tiendas comerciales, etc. en los cuales ha sido necesario acondicionar el aire de estos espacios, calentándolos en invierno y enfriándolos en verano, situación que ha agudizado los problemas asociados a la falta de confort térmico. Por tal motivo, es necesario que en estos lugares de trabajo exista una armonía entre la comodidad térmica del trabajador con su entorno. El concepto de “confort térmico” describe el estado mental de una persona en términos de percibir un ambiente demasiado caluroso o demasiado frío. Por otro lado también se puede definir como una manifestación subjetiva de conformidad o satisfacción entre el trabajador con el ambiente térmico existente.

En Chile la exposición ocupacional a calor y frío se encuentra regulada en el Decreto Supremo N°594/99, del Ministerio de Salud (Reglamento Sanitario sobre Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas en los Lugares de Trabajo), a través de la evaluación del índice de estrés térmico en el caso de la exposición a calor, y de criterios de permanencia en función de la sensación térmica o rangos de temperatura en exposición a frío. Estas metodologías son poco probables de aplicar en actividades que se desarrollan en recintos donde se acondiciona al aire debido a que en general las condiciones de temperatura ambiental del lugar de trabajo no producen una condición de estrés térmico sino más bien podrían afectar el confort térmico de los trabajadores(as).

Dado que nuestro país no cuenta con normativas específicas que regulen las condiciones de confort térmico en los lugares de trabajo, no es considerado como un problema prioritario que se aborde en el ámbito de la prevención de riesgos laborales, situación que ha contribuido a que nuestro país no tenga información que relacione el confort térmico con niveles de productividad, accidentes laborales y, especialmente, en las consecuencias sobre la salud de los trabajadores(as). Evaluar el confort térmico es una tarea compleja, dado que considerar confortable un ambiente es valorar o cuantificar sensaciones que llevan una importante carga subjetiva; sin embargo, existen intercambios térmicos que influyen entre el individuo y el medio ambiente y que contribuyen a la sensación de confort. Al respecto, las variables a considerar son: la temperatura del aire, la temperatura de las paredes y objetos que nos rodean, la humedad del aire, la actividad física, el tipo de ropa y la velocidad del aire.



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