El sistema NFPA 704 (conocido como el rombo de seguridad o diamante de riesgos) fue desarrollado a fines de la década de 1950 por la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA) en respuesta a accidentes químicos graves. Un incidente destacado ocurrió en 1959 en Charlotte, Carolina del Norte, donde bomberos que combatían un incendio desconocían que un contenedor tenía sodio metálico en queroseno; al aplicar agua, la reacción explosiva hirió a trece bomberos. Este tipo de tragedias motivó la creación de un símbolo fácil de interpretar que alertara sobre los peligros de materiales en emergencias. NFPA adoptó oficialmente en 1961 el rombo de cuatro colores que hoy se usa internacionalmente.
El rombo NFPA 704 está dividido en cuatro secciones de distinto color, cada una representando un tipo de riesgo específico con un número de 0 a 4 según su severidad:
Azul (izquierda): Salud – riesgo toxicológico o para la salud.
Rojo (arriba): Inflamabilidad – riesgo de incendio o ignición.
Amarillo (derecha): Inestabilidad – estabilidad química (antes denominado "reactividad").
Blanco (abajo): Peligros especiales – símbolos para riesgos particulares (p.ej. OX para oxidantes, W que indica reacción peligrosa con agua, SA para gases asfixiantes simples).
Cada categoría se califica del 0 (riesgo nulo o mínimo) al 4 (peligro severo o extremo). Por ejemplo, en salud 0 indica material inocuo y 4 indica sustancia letal; en inflamabilidad 0 indica que el material no arde y 4 que es altamente inflamable; en el caso de inestabilidad (reactividad), 0 significa que el material es normalmente estable, mientras 4 indica que puede detonar o explotar en condiciones normales. Este sistema permite a los respondedores a emergencias identificar rápidamente los principales peligros de una sustancia (incendio, toxicidad, reacciones peligrosas) y tomar precauciones adecuadas.
Históricamente, la sección amarilla del rombo se denominaba “reactividad” (o peligro reactivo). Sin embargo, en la edición de 1996 de la norma NFPA 704 se realizó un cambio importante de terminología: se reemplazó el término "reactivo" por "inestable" para describir el peligro en el cuadrante amarillo. Esta edición introdujo lineamientos técnicos más precisos y una definición modificada para la clasificación de peligro de inestabilidad, anteriormente llamada peligro de reactividad. En otras palabras, la NFPA decidió que el término “inestabilidad” describía mejor las características del riesgo cubierto por el cuadrante amarillo.
La razón técnica principal de este cambio fue aclarar la naturaleza del peligro evaluado. El riesgo amarillo no se refiere a “cualquier reacción química” en general, sino específicamente a la tendencia de una sustancia a liberar energía de forma violenta – ya sea por descomposición, polimerización descontrolada, detonación o reacción explosiva en condiciones críticas (choque, calor, presión, contacto con agua, etc.). El término “reactivo” podía interpretarse de forma amplia (cualquier material que reacciona químicamente), mientras que “inestable” pone el énfasis en la inestabilidad química intrínseca del material. En la práctica, un material inestable es aquel que puede detonar, explotar o reaccionar violentamente sin necesidad de un iniciador fuerte, o que es muy sensible a condiciones adversas. Por ejemplo, sustancias como nitroglicerina, tricloruro de nitrógeno o peróxido de hidrógeno concentrado son calificadas con nivel 4 por su extrema propensión a detonar o descomponerse explosivamente. Otros materiales que reaccionan vigorosamente con agua o que requieren detonantes fuertes pero son capaces de explotar (como sodio metálico, ciertos nitratos, etc.) se sitúan en niveles 2–3 de inestabilidad. Estos criterios ya existían bajo el antiguo epígrafe de reactividad, pero fueron refinados y aclarados con la nueva definición de peligro de inestabilidad en 1996.
Además de la claridad técnica, hubo razones normativas y de armonización para el cambio. En los años 80 y 90, las regulaciones de seguridad industrial en EE.UU. (particularmente las de OSHA, la agencia de seguridad ocupacional) ya empleaban la terminología “material inestable (reactivo)” para definir este tipo de peligros físicos. Por ejemplo, la norma de Comunicación de Peligros de OSHA (29 CFR 1910.1200, anterior al GHS) definía “unstable (reactive) chemical” como “un químico que en estado puro, o durante su producción o transporte, puede polimerizar, descomponerse, condensarse vigorosamente, o volverse auto-reactivo bajo condiciones de choque, presión o temperatura”. Obsérvese que esta definición regulatoria destaca los mismos fenómenos (polimerización violenta, descomposición explosiva, sensibilidad a impacto/temperatura) que NFPA 704 considera para los materiales de mayor peligrosidad en el cuadrante amarillo. Al adoptar el término “inestabilidad”, la NFPA alineó su vocabulario con el de OSHA y otros códigos de incendios, facilitando la comprensión unificada del riesgo. De hecho, los códigos internacionales de incendio y edificación comenzaron a referirse a estas sustancias como “materiales inestables (reactivos)”, categoría aparte de los explosivos convencionalesosha.gov.
En resumen, NFPA cambió reactivo por inestable para precisar el lenguaje y evitar confusiones. Un material “reactivo” en términos generales podría ser simplemente algo que reacciona (por ejemplo, un ácido fuerte reacciona con metales liberando gas hidrógeno, pero eso no implica que sea intrínsecamente inestable o propenso a detonar). En cambio, un material “inestable” sugiere que puede descomponerse o reaccionar de forma espontánea y violenta, presentando un grave peligro durante incendios o manipulaciones de emergencia. La adopción de este nuevo término aseguró que el rombo NFPA 704 comunicara el peligro de manera más técnicamente correcta y consistente con la terminología de seguridad vigente.
Si bien el cambio de 1996 precedió a la creación del GHS (Sistema Globalmente Armonizado de clasificación y etiquetado de químicos, adoptado internacionalmente a partir de 2003), sí respondió en parte a la armonización con otros sistemas nacionales, especialmente con OSHA como se mencionó. La OSHA ya utilizaba “unstable (reactive)” en sus estándares, por lo que la NFPA actualizó su nomenclatura para evitar discrepancias. Esto ayudó a que profesionales de seguridad y bomberos hablaran el mismo lenguaje al referirse a estos riesgos, independientemente de si usaban un MSDS/hoja de datos de seguridad (regulada por OSHA) o leían un rombo NFPA en una instalación.
En cuanto al GHS, cabe señalar que NFPA 704 es un sistema independiente y paralelo, con un propósito distinto. El GHS introdujo etiquetas con pictogramas, palabras de advertencia y frases de peligro para comunicar riesgos en envases individuales, principalmente pensando en la seguridad del usuario y el transporte. NFPA 704, por otro lado, es una señalización fija para emergencias, pensada para que los bomberos y rescatistas evalúen rápidamente peligros en un sitio (tanques, depósitos, laboratorios) durante incidentes. No obstante, tras la adopción del GHS (por ejemplo, la norma HazCom 2012 de OSHA en EE.UU.), se hizo hincapié en distinguir ambos sistemas: las etiquetas GHS ahora acompañan a los recipientes, mientras que el rombo NFPA puede seguir usándose en almacenes y puertas de acceso como información complementaria.
El cambio de terminología a “inestabilidad” no fue directamente impulsado por GHS, dado que ocurrió mucho antes, pero sí refleja la tendencia de unificar criterios de clasificación de peligros. Incluso después de GHS, NFPA 704 ha incorporado algunas actualizaciones para mantenerse relevante; por ejemplo, añadió el símbolo SA (Simple Asphyxiant) en la sección blanca para marcar gases asfixiantes simples como nitrógeno o helioen.wikipedia.org, reconociendo un tipo de peligro físico que también es contemplado en las normativas modernas. Aun así, los valores numéricos de NFPA 704 no son equivalentes a las categorías de GHS (de hecho, son inversos en severidad: NFPA 0 = mínimo peligro, 4 = extremo, mientras que en GHS categoría 1 suele ser el peligro más alto). Por ello, la armonización aquí fue más de terminología que de sistema: llamar inestabilidad al peligro amarillo hace eco de la expresión "químico inestable (reactivo)" usada en normas OSHA y en clasificaciones de materiales peligrosos, aunque NFPA 704 siga siendo un esquema diferente al GHS.
En la práctica, el cambio de reactivo a inestable no alteró significativamente cómo se utiliza o interpreta el rombo NFPA 704, sino que mejoró su claridad. Las escalas numéricas y criterios de clasificación permanecieron esencialmente iguales, con algunas precisiones añadidas en 1996 pero sin un vuelco conceptual. Un material que antes se calificaba, por ejemplo, como Reactividad 3 seguiría calificándose como Inestabilidad 3 bajo las mismas condiciones; simplemente ahora se entiende mejor que ese “3” implica cierta propensión a cambios violentos (pero no tan extrema como para detonar espontáneamente, lo cual sería un 4). De hecho, la NFPA afirma que tras 1996 “la definición del riesgo de inestabilidad fue enmendada” pero el propósito siguió siendo identificar qué tan inestable o explosivo puede volverse un material en una emergencia. Los números 0 a 4 en amarillo aún se interpretan de la siguiente manera aproximada:
0 – Estable: no presenta riesgo de cambio violento, aun expuesto al fuego, y no reacciona con el agua de forma inusual.
1 – Inestable si calentado: normalmente estable, pero puede volverse inestable a temperaturas o presiones elevadas.
2 – Inestable (violento): sufre cambio químico violento a altas temperaturas/presiones, o reacciona violentamente con el agua; incluso puede formar mezclas explosivas con agua.
3 – Riesgo de detonación: puede detonar o explotar pero generalmente requiere un fuerte estímulo iniciador (una carga, fuerte choque o confinamiento bajo calor). También incluye materiales que reaccionan explosivamente con agua.
4 – Muy inestable/explosivo: puede detonar espontáneamente en condiciones normales de presión y temperatura, o sufrir descomposición explosiva inmediata.
Estas descripciones prácticamente coinciden con las que tenía la categoría reactividad antes, pero ahora la documentación las presenta bajo el título Instability (formerly Reactivity) en inglés, o Riesgo de Inestabilidad en español. En otras palabras, el significado de los números y la escala de peligrosidad no cambió, solo se hizo más explícito qué tipo de “reactividad” importa en emergencias (la inestabilidad explosiva). Los bomberos y personal de respuesta continúan usando el rombo exactamente igual; el cuadrante amarillo sigue alertando sobre si un material puede explotar, reaccionar peligrosamente con agua o descomponerse al calor. Por ejemplo, un químico marcado con amarillo 0 indica que no reacciona ni siquiera en un incendio, mientras que uno con amarillo 4 indica que es tan inestable que podría detonarse solo con el calor del entorno. El cambio de nombre, por tanto, ayuda a la interpretación al reducir ambigüedades, pero no modifica la aplicación: se siguen colocando los números en función de las propiedades del material según las definiciones NFPA.
Desde el punto de vista del usuario final y capacitaciones, la actualización implicó ajustar la terminología en manuales y cursos de HAZMAT. Donde antes se hablaba de “peligro de reactividad” ahora se habla de “peligro de inestabilidad”. Muchas hojas de datos de seguridad y normas internas comenzaron a usar el término entre paréntesis (p. ej. "Inestable (reactivo)") durante la transición, para dejar claro que ambas palabras se refieren al mismo tipo de riesgo. Hoy en día, prácticamente toda la literatura y señalización actualizada en español ya emplea “Inestabilidad (amarillo)” al explicar el rombo NFPA 704. Esto evita confusiones con otros usos de “reactivo” (que en español podría entenderse también como sustancia reactiva a nivel químico general). En resumen, el impacto operativo fue menor, pero el impacto comunicativo fue positivo: ahora se entiende que el rombo amarillo indica inestabilidad química peligrosa, lo que ayuda a transmitir el mensaje correcto a quienes leen la etiqueta.
El ajuste de nomenclatura se formalizó en la NFPA 704 Edición 1996, publicada en agosto de 1996. A partir de esa edición, todos los documentos y estándares NFPA 704 sustituyeron el encabezado de la categoría “Reactividad” por “Instabilidad”. La propia NFPA señala en el historial de la norma que “la edición de 1996 introdujo una definición modificada para la clasificación de peligro de inestabilidad, anteriormente clasificada de riesgo de reactividad”. Las ediciones posteriores (2001, 2007, 2012, 2017, 2022, etc.) han mantenido esta terminología consistente. Por ejemplo, la edición 2007 y la más reciente de 2022 continúan usando “Instability Hazard” en inglés o “Riesgo de Inestabilidad” en español para referirse al código amarillo. En los materiales oficiales en español de NFPA y en normas latinoamericanas equivalentes, desde finales de los 90 se adoptó igualmente el término inestabilidad.
Es importante destacar que solo cambió el nombre, no la clasificación subyacente. No hubo necesidad de reemplazar señales físicas ya instaladas, puesto que el rombo en sí solo contiene números y colores (no escribe la palabra “reactivo” o “inestable” en la etiqueta, salvo en guías explicativas) – por ello, muchas organizaciones pudieron adaptar el cambio gradualmente en sus documentos y capacitaciones sin confusión en campo. En la actualidad, cualquier referencia normativa o ficha de seguridad actualizada hablará del peligro de inestabilidad (reactividad) para referirse a la información del cuadrante amarillo del rombo NFPA 704. En conclusión, el término “inestable” se incorporó oficialmente en 1996 como parte de la evolución de la norma NFPA 704, buscando armonización con la terminología de seguridad vigente y una descripción más precisa del riesgo, manteniendo intacto el propósito y la utilidad de este reconocido sistema de identificación de peligros.