Las sustancias explosivas desensibilizadas representan una categoría particular dentro del manejo de materiales peligrosos, especialmente relevantes en los sectores químico, militar, minero e industrial. Su clasificación y regulación requieren un tratamiento técnico y normativo riguroso debido a los riesgos que representan, incluso cuando han sido tratadas para reducir su peligrosidad.
Una sustancia explosiva desensibilizada es un explosivo que ha sido modificado físicamente al mezclarlo con una cantidad suficiente de una sustancia no explosiva, como agua, disolventes orgánicos, ceras, geles o plastificantes, con el objetivo de reducir su sensibilidad a estímulos como calor, fricción, choque o descarga eléctrica. Gracias a este proceso, la sustancia puede ser transportada o manipulada con menor riesgo, aunque no se elimina completamente su naturaleza explosiva.
Sensibilidad reducida: pierden temporalmente su capacidad de detonar bajo condiciones normales de transporte o manejo.
Reversibilidad: en la mayoría de los casos, pueden recuperar su peligrosidad original si se evapora el desensibilizante o si se altera la composición.
Aspecto físico variable: pueden presentarse en forma líquida, pastosa, granulada o sólida, dependiendo del medio utilizado para desensibilizarla.
Uso controlado: su aplicación requiere personal capacitado y protocolos de seguridad establecidos.
Ejemplos más comunes
Las sustancias explosivas desensibilizadas están contempladas en el SGA (GHS, por sus siglas en inglés), aunque no siempre se clasifican como explosivos debido a la reducción temporal de su peligrosidad. Sin embargo, siguen siendo consideradas peligrosas y se clasifican dentro de otras categorías según su comportamiento:
Posibles clases SGA:
Clase 4.1 – Sólidos inflamables, sustancias autorreactivas y explosivos desensibilizados
Si el explosivo original ha sido suficientemente desensibilizado.
Clase 5.1 – Sustancias comburentes
Si conservan propiedades oxidantes.
Clase 1 – Explosivos
Si no han sido suficientemente estabilizadas o en caso de pérdida del agente desensibilizante.
Pictogramas aplicables:
Inflamable (GHS02)
Explosivo (GHS01) (cuando aún presentan riesgo de detonación)
Oxidante (GHS03) (si actúan como comburentes)
En México, las sustancias explosivas desensibilizadas están sujetas a distintas regulaciones y deben manejarse de acuerdo con:
1. NOM-002-SCT/2023
Regula el transporte terrestre de materiales y residuos peligrosos.
Clasifica sustancias desensibilizadas como materiales clase 4.1 si cumplen con las condiciones de seguridad.
2. NOM-018-STPS-2015
Establece el SGA en el entorno laboral para la identificación y comunicación de peligros químicos.
Obliga al uso de etiquetas, pictogramas y hojas de datos de seguridad (HDS).
3. Reglamento para el Transporte Terrestre de Materiales y Residuos Peligrosos
Indica requisitos de embalaje, rotulación y condiciones de manejo para sustancias peligrosas, incluyendo explosivos desensibilizados.
4. Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA)
Aplica cuando se manejan residuos con componentes explosivos o reactivos.
Aunque desensibilizadas, estas sustancias siguen siendo peligrosas:
Recuperación de la sensibilidad si:
Se evapora el agente estabilizador.
Se almacena incorrectamente.
Se expone a calor o presión prolongada.
Riesgo de incendio o explosión retardada.
Liberación de vapores tóxicos o combustibles.
Incompatibilidad con otros materiales, como ácidos, oxidantes o combustibles.
Almacenamiento en condiciones estables: temperatura controlada, recipientes herméticos, atmósferas inertes si aplica.
Inspección periódica del envase y del contenido para detectar cambios físicos o separación de fases.
Capacitación del personal en la identificación de riesgos y respuesta ante emergencias.
Etiquetado conforme al SGA con pictogramas y frases H claras.
Evitar la deshidratación o evaporación del medio estabilizante.
Plan de emergencia con brigadas de respuesta, extintores adecuados y rutas de evacuación.