El ácido málico es un compuesto orgánico ampliamente conocido por su presencia natural en frutas como la manzana, donde aporta un sabor ácido característico. Aunque es una sustancia considerada generalmente segura en niveles normales de consumo, su forma pura y concentrada —como aditivo alimentario, intermedio industrial o reactivo químico— puede tener implicaciones toxicológicas importantes en ciertas circunstancias. El valor DL50 (Dosis Letal Media) del ácido málico sirve como un indicador clave de su toxicidad aguda y guía la formulación de medidas de seguridad en su manejo.
El ácido málico (C₄H₆O₅) es un ácido dicarboxílico con un grupo hidroxilo, clasificado como un alfa-hidroxiácido. Existen dos formas ópticas: L-ácido málico (natural) y D-ácido málico (sintético), aunque también se puede presentar en forma racémica. Su estructura y propiedades le otorgan un papel esencial en:
El metabolismo energético (ciclo de Krebs)
La conservación de alimentos (E296)
Formulaciones cosméticas (pH, exfoliantes)
Bebidas, caramelos y otros productos alimenticios
La DL50 representa la dosis necesaria para provocar la muerte en el 50% de una población animal de prueba. Para el ácido málico, los estudios toxicológicos indican lo siguiente:
Estos valores lo colocan dentro de la categoría de baja toxicidad aguda. Es decir, se requeriría una cantidad relativamente alta para generar efectos letales, aunque esto no elimina el riesgo de irritación local u otros efectos adversos con exposiciones repetidas o en personas sensibles.
El ácido málico actúa como irritante local en altas concentraciones debido a su acidez y capacidad para penetrar tejidos. Puede alterar el equilibrio ácido-base en grandes cantidades, pero no se considera un tóxico sistémico importante debido a que es parte del metabolismo humano. Sin embargo, se ha documentado lo siguiente:
En dosis elevadas puede provocar acidosis metabólica.
Puede causar irritación gastrointestinal, dérmica u ocular.
En contacto prolongado, puede lesionar tejidos mucosos o piel sensible.
Exposición aguda
Oral: Náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal.
Dérmica: Enrojecimiento, picor, posible irritación.
Ocular: Ardor, lagrimeo, conjuntivitis leve.
Inhalación: Poco común, pero el polvo puede generar irritación de garganta.
Exposición crónica
No se han registrado efectos adversos crónicos graves en humanos.
El ácido málico es metabolizado eficientemente por el cuerpo humano.
En general, no está clasificado como sustancia peligrosa bajo los criterios del GHS (Sistema Globalmente Armonizado). Sin embargo, puede estar etiquetado como:
Irritante ocular leve (Categoría 2B)
Irritante dérmico leve (dependiendo de concentración)
No se considera carcinógeno, mutágeno ni tóxico para la reproducción.
El ácido málico es reconocido como seguro (GRAS – Generally Recognized as Safe) por la FDA en EE. UU. y permitido como aditivo alimentario en numerosos países bajo las siguientes consideraciones:
Aunque el ácido málico se considera de baja toxicidad, su manipulación en estado sólido puro o soluciones concentradas requiere precaución:
El ácido málico es una sustancia de baja toxicidad aguda, con una DL50 oral en ratas entre 1,600 y 3,200 mg/kg. Aunque es generalmente seguro como aditivo alimenticio y metabólicamente inofensivo en humanos, su forma pura puede causar irritación dérmica y ocular, así como molestias digestivas si se ingiere en exceso. En ambientes industriales y de laboratorio, deben aplicarse medidas básicas de protección y prevención.
Gracias a su uso amplio y versatilidad, el ácido málico es un ejemplo de una sustancia con alta utilidad tecnológica y alimentaria, pero que requiere conciencia de sus riesgos en estado concentrado.