Discapacidad mental: "a las deficiencias o alteraciones en el sistema neuronal de una persona, que aunado a una sucesión de hechos que no puede manejar, detona un cambio en su comportamiento que dificulta su pleno desarrollo y participación social, y que al interactuar con las barreras que le impone su entorno, impida su inclusión plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás."
El término "discapacidad mental" se ha utilizado en el pasado para describir afecciones que afectan la salud mental y el funcionamiento cognitivo de una persona. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uso de este término ha evolucionado y se ha vuelto menos común en la actualidad debido a consideraciones de estigmatización y al hecho de que puede ser confuso y amplio. En su lugar, se prefieren términos más específicos y respetuosos que describan las condiciones de salud mental de manera más precisa.
Algunos de estos términos incluyen:
Trastornos del neurodesarrollo: Este término engloba una serie de afecciones que afectan el desarrollo del sistema nervioso y pueden incluir trastornos del espectro autista, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), discapacidades intelectuales, entre otros.
Trastornos psiquiátricos: Se utilizan para describir afecciones que afectan la salud mental y emocional de una persona, como la depresión, la ansiedad, la esquizofrenia, el trastorno bipolar y otros trastornos del estado de ánimo, la ansiedad o la personalidad.
Discapacidad del desarrollo: Este término se usa para describir afecciones que afectan tanto el desarrollo cognitivo como el funcional, como el síndrome de Down, el síndrome de Williams y otros trastornos genéticos.
Salud mental: En lugar de utilizar el término "discapacidad mental", es más preciso hablar de problemas de salud mental o trastornos de salud mental cuando se refiere a afecciones que afectan el bienestar emocional y cognitivo de una persona.
Es importante reconocer que las afecciones de salud mental y del desarrollo son variadas y pueden manifestarse de manera diferente en cada individuo. Además, muchas personas con afecciones de salud mental o del desarrollo pueden llevar vidas productivas y satisfactorias con el apoyo adecuado, el tratamiento y la comprensión de la sociedad.
El enfoque principal debe estar en comprender las necesidades y experiencias individuales de cada persona y en promover la inclusión, la igualdad de oportunidades y la atención de salud mental de calidad para todas las personas, independientemente de sus condiciones. Evitar términos estigmatizantes y utilizar un lenguaje respetuoso es fundamental para fomentar la comprensión y la empatía hacia quienes enfrentan desafíos de salud mental o del desarrollo.