La enfermedad por descompresión (también conocida como "mal de descompresión" o simplemente EDC) es una afección que ocurre cuando el cuerpo es sometido a una reducción rápida de la presión ambiental, lo que provoca la formación de burbujas de gas, principalmente nitrógeno, en los tejidos y en la circulación sanguínea. Esta enfermedad es más común en actividades como el buceo, el submarinismo, y en aviadores o astronautas cuando no se realizan descompresiones adecuadas. La EDC puede causar síntomas leves como dolor en las articulaciones o más graves como problemas respiratorios, daños neurológicos e incluso la muerte.
La enfermedad por descompresión ocurre cuando el cuerpo es sometido a un cambio brusco en la presión ambiental, como al ascender rápidamente después de bucear o al despresurizarse en un avión. El aire que respiramos está compuesto por varios gases, incluyendo nitrógeno. Bajo condiciones de alta presión (como en el agua profunda), el nitrógeno se disuelve en los tejidos del cuerpo. Si la descompresión se realiza de manera rápida, el nitrógeno disuelto no tiene tiempo de ser eliminado a través de los pulmones y forma burbujas dentro del cuerpo, lo que provoca una serie de síntomas.
Cuando un buceador desciende, la presión del agua circundante aumenta, lo que hace que el nitrógeno de los gases respirados se disuelva en los tejidos corporales. Al ascender, la presión disminuye, y el nitrógeno debe liberarse lentamente del cuerpo a través de la respiración. Si la ascensión es demasiado rápida, el nitrógeno se libera demasiado rápido, formando burbujas en los tejidos y en el sistema circulatorio, lo que interfiere con la función normal del cuerpo.
Estas burbujas de nitrógeno pueden:
Bloquear el flujo sanguíneo: Causando isquemia (falta de flujo sanguíneo) en los tejidos.
Provocar daño tisular: Afectando principalmente las articulaciones, músculos y nervios.
Estimular una respuesta inflamatoria: Que agrava los síntomas y puede llevar a una mayor disfunción.
Existen varios factores que aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad por descompresión, incluyendo:
Ascensión rápida: No seguir los tiempos de descompresión adecuados al ascender después de un buceo profundo.
Duración prolongada del buceo: Permanecer a grandes profundidades durante largos períodos de tiempo permite que se acumule más nitrógeno en los tejidos.
Buceo repetido: Realizar inmersiones repetidas en un corto periodo de tiempo puede aumentar la acumulación de nitrógeno.
Vuelos después de bucear: Subirse a un avión poco tiempo después de bucear puede agravar el riesgo debido a la disminución de la presión ambiental.
Edad avanzada: A medida que las personas envejecen, su capacidad para eliminar nitrógeno disminuye.
Deshidratación: La falta de líquidos en el cuerpo puede aumentar la susceptibilidad a la formación de burbujas de nitrógeno.
Obesidad: El tejido adiposo puede almacenar más nitrógeno, lo que aumenta el riesgo de formación de burbujas.
La EDC se clasifica generalmente en dos tipos:
1. Enfermedad por Descompresión Tipo I (Leve)
Este tipo afecta principalmente a los tejidos blandos, como la piel, los músculos y las articulaciones.
Síntomas:
Dolor articular o muscular: Dolor profundo en las articulaciones o músculos, que a menudo se siente como un dolor sordo o una presión.
Prurito (picazón): A veces, los buceadores pueden experimentar picazón o erupciones cutáneas.
Fatiga: Sensación general de cansancio extremo después del buceo.
2. Enfermedad por Descompresión Tipo II (Grave)
Este tipo afecta el sistema nervioso central, los pulmones y otros órganos vitales. Es una emergencia médica.
Síntomas:
Mareos y vértigo: Problemas de equilibrio o sensación de que todo está girando.
Debilidad o parálisis: Los buceadores pueden experimentar debilidad en las extremidades o parálisis, especialmente si el sistema nervioso está afectado.
Dificultad para respirar: Si las burbujas bloquean el flujo sanguíneo en los pulmones, puede provocar tos, dificultad para respirar o dolor en el pecho.
Confusión, pérdida de la conciencia o coma: Si el sistema nervioso central está involucrado, puede haber síntomas neurológicos graves.
El diagnóstico de la EDC se basa en la historia clínica y los síntomas del paciente, en combinación con el historial de exposición a cambios rápidos de presión, como el buceo. No existe una prueba diagnóstica específica para la enfermedad por descompresión, pero algunas evaluaciones complementarias pueden ser útiles:
Exploración neurológica: Se realiza un examen detallado para evaluar la función del sistema nervioso central y periférico.
Pruebas de imagen: Aunque no son siempre necesarias, se pueden utilizar imágenes como resonancias magnéticas (RM) para evaluar el daño en los tejidos o el sistema nervioso.
Ecografía Doppler: Puede detectar burbujas en el torrente sanguíneo después de una inmersión.
El tratamiento de la EDC es una emergencia médica y debe abordarse rápidamente para evitar complicaciones graves o permanentes. Las principales opciones de tratamiento incluyen:
1. Oxigenoterapia
La inhalación de oxígeno al 100% es el primer paso en el tratamiento de la EDC. Al respirar oxígeno puro, se acelera la eliminación del nitrógeno del cuerpo y se reduce el tamaño de las burbujas de gas. Esto ayuda a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.
2. Terapia de Recompresión en Cámara Hiperbárica
La cámara hiperbárica es el tratamiento definitivo para la enfermedad por descompresión. En esta cámara, el paciente es expuesto a una presión superior a la atmosférica normal, lo que ayuda a reducir el tamaño de las burbujas de gas en el cuerpo y permite que el nitrógeno disuelto sea eliminado de manera segura a través de la respiración.
La recompresión debe iniciarse lo antes posible, ya que cuanto más rápido se trate al paciente, mejor será el pronóstico.
Los tratamientos hiperbáricos suelen repetirse varias veces, dependiendo de la severidad de la enfermedad.
3. Líquidos intravenosos
La administración de líquidos intravenosos ayuda a mantener la presión arterial, mejora la perfusión tisular y favorece la eliminación de nitrógeno.
4. Medicamentos
Analgésicos: Para aliviar el dolor de las articulaciones o los músculos.
Anticoagulantes: En algunos casos, si hay un riesgo elevado de formación de coágulos debido a las burbujas, se pueden usar anticoagulantes.
Si no se trata a tiempo, la EDC puede causar complicaciones graves, como:
Parálisis permanente: Si el sistema nervioso central se ve gravemente afectado.
Daño pulmonar: Puede producirse un síndrome de insuficiencia respiratoria aguda (SIRA).
Daño cerebral: La falta de oxígeno y la isquemia causadas por burbujas en el cerebro pueden provocar daños cerebrales permanentes.
Muerte: En casos graves, la EDC no tratada puede ser fatal.
La mejor forma de prevenir la enfermedad por descompresión es seguir los protocolos de buceo seguro:
Ascender lentamente: La tasa de ascenso debe ser lenta y controlada, idealmente no más de 10 metros por minuto, para permitir que el nitrógeno se elimine de manera adecuada.
Realizar paradas de descompresión: En buceos profundos, es necesario realizar paradas durante la ascensión para permitir que el cuerpo libere nitrógeno.
Hidratarse adecuadamente: Mantener una buena hidratación es fundamental para reducir el riesgo de EDC.
Evitar vuelos después de bucear: No se recomienda volar hasta al menos 12 a 24 horas después de una inmersión, dependiendo de la profundidad y el tiempo de la inmersión.
La enfermedad por descompresión es una afección potencialmente grave que puede ocurrir cuando una persona experimenta un cambio rápido en la presión ambiental, particularmente después de bucear. La prevención a través de la observación de los tiempos de descompresión adecuados y la ascensión controlada es esencial para reducir el riesgo. En caso de desarrollar síntomas, es vital buscar atención médica inmediata, ya que el tratamiento rápido en una cámara hiperbárica es fundamental para reducir complicaciones graves o permanentes.