La conjuntivitis mucopurulenta es una inflamación de la conjuntiva, la membrana que recubre el interior de los párpados y la parte blanca del ojo (esclerótica), que se caracteriza por la producción de secreción mucosa o purulenta debido a la infección por gérmenes patógenos. Este tipo de conjuntivitis es causada principalmente por bacterias, aunque también puede ser el resultado de infecciones virales o de otros agentes infecciosos, como hongos o parásitos. Es una de las formas más comunes de conjuntivitis infecciosa y puede afectar a personas de cualquier edad, siendo especialmente común en niños y en entornos de hacinamiento o contacto cercano.
1. Causas de la Conjuntivitis Mucopurulenta
La conjuntivitis mucopurulenta es causada principalmente por la infección de gérmenes patógenos que afectan la conjuntiva. Los patógenos más comunes incluyen:
Las infecciones bacterianas son la causa principal de la conjuntivitis mucopurulenta. Las bacterias que con mayor frecuencia causan esta forma de conjuntivitis incluyen:
Staphylococcus aureus: Es una causa común en adultos y niños, que puede provocar inflamación e hinchazón de la conjuntiva con secreción purulenta.
Streptococcus pneumoniae: Otra bacteria común que causa conjuntivitis mucopurulenta, especialmente en niños.
Haemophilus influenzae: Se asocia frecuentemente con infecciones respiratorias en niños y puede causar conjuntivitis aguda con secreción purulenta.
Neisseria gonorrhoeae: Causa conjuntivitis gonocócica, una forma grave de conjuntivitis bacteriana que afecta a recién nacidos (conjuntivitis neonatal) y adultos que han estado expuestos al gonococo, la bacteria que causa la gonorrea.
Aunque la conjuntivitis viral no es típicamente mucopurulenta, ciertos virus pueden causar una sobreinfección bacteriana, lo que resulta en secreción purulenta:
Adenovirus: Comúnmente causa conjuntivitis viral, pero también puede predisponer a infecciones bacterianas secundarias.
Clamidia: La infección por Chlamydia trachomatis puede causar conjuntivitis mucopurulenta en adultos y conjuntivitis neonatal en recién nacidos expuestos durante el parto.
2. Mecanismos de Infección
La conjuntivitis mucopurulenta se transmite generalmente a través del contacto directo con secreciones oculares infectadas o al tocarse los ojos después de haber estado en contacto con superficies contaminadas. Las bacterias o virus se adhieren a la conjuntiva y causan una reacción inflamatoria que lleva a la producción de moco o pus.
Autoinoculación: Los pacientes pueden transmitir la infección de un ojo a otro al tocarse el ojo infectado y luego el ojo sano.
Contaminación ambiental: La exposición a superficies contaminadas, como toallas, almohadas o juguetes, puede transmitir bacterias patógenas a los ojos.
Transmisión en entornos escolares: La conjuntivitis es común en guarderías, escuelas y otros entornos donde los niños están en contacto cercano.
3. Síntomas de la Conjuntivitis Mucopurulenta
Los síntomas de la conjuntivitis mucopurulenta pueden aparecer de manera aguda y suelen afectar a ambos ojos, aunque uno puede estar más afectado al principio. Los síntomas más comunes incluyen:
Secreción ocular mucosa o purulenta: La secreción es espesa, de color amarillento o verdoso, y puede formar costras alrededor de los párpados, especialmente al despertar.
Enrojecimiento ocular: La inflamación de la conjuntiva causa enrojecimiento en la parte blanca del ojo (esclerótica) y los párpados pueden verse hinchados.
Sensación de cuerpo extraño: Los pacientes suelen describir una sensación de arena o cuerpo extraño en los ojos.
Picazón y ardor: Los ojos pueden sentirse irritados, con picazón o quemazón.
Lagrimeo excesivo: Aunque la secreción es espesa, los ojos también pueden producir lágrimas en exceso debido a la irritación.
Dificultad para abrir los ojos: Las costras de pus pueden hacer que los párpados se peguen entre sí, lo que dificulta abrir los ojos, especialmente por la mañana.
En infecciones bacterianas graves, como la conjuntivitis gonocócica, los síntomas pueden aparecer de forma rápida e intensa, con una secreción purulenta abundante y dolor ocular severo.
4. Diagnóstico de la Conjuntivitis Mucopurulenta
El diagnóstico de la conjuntivitis mucopurulenta se basa principalmente en la historia clínica y en el examen físico de los ojos. El médico también puede realizar pruebas adicionales para confirmar el agente causal.
Historia clínica: El médico evaluará los síntomas, la duración de la infección y cualquier exposición reciente a personas infectadas.
Examen ocular: Un examen oftalmológico con lámpara de hendidura permite evaluar la inflamación conjuntival, la presencia de secreciones purulentas y cualquier signo de complicación ocular.
Cultivo de secreciones: En casos graves o recurrentes, se puede tomar una muestra de las secreciones oculares para cultivo bacteriano o pruebas de sensibilidad a antibióticos.
5. Tratamiento de la Conjuntivitis Mucopurulenta
El tratamiento de la conjuntivitis mucopurulenta depende de la causa subyacente, siendo los antibióticos tópicos la opción más común para las infecciones bacterianas. Los tratamientos antivirales o antifúngicos se utilizan en casos de infecciones por virus o hongos, respectivamente.
En el caso de infecciones bacterianas, los antibióticos tópicos son el tratamiento de primera línea:
Gotas oculares de antibióticos: Se suelen recetar gotas con antibióticos como tobramicina, ciprofloxacino, o cloranfenicol, que se administran varias veces al día.
Pomadas antibióticas: En algunos casos, se puede utilizar una pomada antibiótica en lugar de gotas, especialmente en niños pequeños, ya que es más fácil de aplicar.
En infecciones más graves, como la conjuntivitis causada por Neisseria gonorrhoeae o Chlamydia trachomatis, es necesario un tratamiento sistémico adicional:
Antibióticos orales o inyectables: En el caso de la conjuntivitis gonocócica, se puede utilizar ceftriaxona, mientras que en la conjuntivitis por clamidia, se pueden recetar doxiciclina o azitromicina.
Además del tratamiento antibiótico, se pueden utilizar medidas para aliviar los síntomas:
Limpieza de los ojos: Es fundamental limpiar regularmente los ojos con suero fisiológico estéril para eliminar las secreciones y costras. Las compresas tibias también pueden ser útiles para aliviar la incomodidad.
Lágrimas artificiales: El uso de lágrimas artificiales sin conservantes puede ayudar a aliviar la sequedad y la irritación ocular.
Los pacientes con conjuntivitis mucopurulenta deben evitar el uso de lentes de contacto hasta que la infección haya desaparecido por completo, ya que las lentes pueden empeorar la inflamación y propagar la infección.
6. Prevención de la Conjuntivitis Mucopurulenta
La prevención de la conjuntivitis mucopurulenta se centra en reducir la propagación de gérmenes patógenos y en adoptar buenas prácticas de higiene ocular.
Lavado frecuente de manos: Lavarse las manos con regularidad es fundamental para evitar la propagación de la infección.
Evitar tocarse los ojos: Es importante evitar tocarse los ojos con las manos sucias, ya que esto puede transferir bacterias o virus a la conjuntiva.
No compartir artículos personales: No se deben compartir toallas, almohadas, lentes de contacto o cosméticos con personas infectadas.
Aislamiento temporal: Los niños infectados deben quedarse en casa hasta que la infección esté controlada para evitar contagiar a otros niños en la escuela o guardería.
Conclusión
La conjuntivitis mucopurulenta es una forma de conjuntivitis infecciosa causada principalmente por bacterias, que se caracteriza por la producción de secreción purulenta y enrojecimiento ocular. El tratamiento se basa en el uso de antibióticos tópicos, junto con medidas de higiene ocular para aliviar los síntomas. La prevención se enfoca en reducir el contacto con personas infectadas y mantener buenas prácticas de higiene. Con el tratamiento adecuado, la conjuntivitis mucopurulenta generalmente se resuelve en pocos días sin complicaciones graves.